TEENAGERS - capítulo 5 de 10: recuerdos --> narrador - Cinthia

Me despedí de los 3 hermanos y puse rumbo a mi casa.
Digamos que soy "la ricachona de Villanueva": mi padre era apodado como "El Jinete Legendario" pues no había caballo que se le resistiese. El gestionaba la hípica del pueblo y enseñaba equitación a niños, jóvenes y adultos.

Un día trajeron de Londres a un hermoso caballo de nombre "Tormenta": piel azabache y tacto aterciopelado, muy gallardo él; mi padre estaba fascinado, así que decidió probarlo, pero resultó que ese flamante caballo era muy terco y una vez mi padre montado a su lomo, este se puso como una fiera y echó a correr y a saltar enfurecido...mi padre y los trabajadores no pudieron controlarlo y cayó del caballo con la mala suerte de que su cabeza se reventó contra una roca, muriendo en el acto desangrándose.

Mi madre murió de pena unos meses después y yo quedé al cargo de Abraham, el mayordomo favorito de la casa y mano derecha de mi padre.

Abraham es sin duda la persona más inteligente y organizada que he podido conocer hasta ahora: siempre va vestido impecable, con su traje y zapatos negros, pelo negro corto engominado y bien peinado, y sus gafas redondas que le dan un aire de ejecutivo.

-Buenos días Cinthia, ¿que tal te fue el día? -me preguntó mientras ojeaba el periódico.

Se preocupaba tanto por mi que ya tenía la hora justa de cuando yo volvía del instituto para así esperarme y comer juntos, pues le tenía terminantemente prohibido tratarme de usted.

-Agotador, como siempre. -dije mientras le daba 2 besos. -¿Que hay para comer?

-Comida.

-¡¿Oh dios mio en serio?! Quien me lo iba a decir...¡pensaba que íbamos a comer cemento a la plancha y ladrillos asados!

-Eso no existe y lo sabes.

-¡Claro que no existe! -dije entre risas con los ojos cerrados. -Parezco tonta pero no lo soy.

-Pues deja de parecerlo y siéntate, que el pollo se enfría. -dijo Abraham cerrando el periódico y mirándome fijamente mientras me sentaba.

Puede parecer estricto, pero en verdad me consiente demasiado, así que después de comer le comenté que saldría a las 17:00 con mis amigos y aceptó con la condición de que hiciese mis deberes, y como no, yo soy mujer de palabra.